Tomado de la Revista SIETE del diario El Panamá América
A los 19 años su aventura partió de Panamá hacia Venezuela. Pero fue al llegar a Nueva York, en 1963, como primer trompeta y director musical de la Orquesta de Tito Rodríguez, donde ganaría un nombre como sólido atril.
Luego vino la salsa, el mambo, jazz, musicales de Broadway y muchas grabaciones. Él decidió que la última parada la disfrutará desde Panamá.
Texto: Adiel Bonilla | adiel.bonilla@epasa.com
Fotos: Ricardo Quintero
Visitar su residencia es como entrar a dos mundos. A un lado, un cálido y tranquilo apartamento con muebles bien cuidados y recuerdos familiares; allí reina doña Elia. Al otro lado, en los dominios del gran Vitin Paz, reina su equipo de sonido, que le da vida a un estudio con mucha música, afiches, condecoraciones, un piano -y por supuesto- varias trompetas. Pero ambos mundos se complementan muy bien.
Tan bien, que la pareja educó a sus tres hijos, sorteó las altas y bajas de toda pareja y continúan su historia de amor, que lleva más de seis décadas. La separación de la faceta musical con la familiar fue algo que planteó la Sra. Elia conscientemente. Así lo explica: “La gente admiraba al gran trompetista, pero yo quería que mis hijos conocieran a su padre, más allá del músico. Y que él notara la diferencia. En los espectáculos estaba su trabajo, acá su hogar”.
De hecho, fue mientras vivían en EE.UU. que sus hijos advirtieron que su padre era alguien importante, cuando en casa recibían llamadas de Frank Sinatra y de otros grandes músicos.
Cuando su fama de buen músico crecía, la pregunta fue inevitable. “¿Quién es papá?”. La respuesta: “El mismo que ustedes conocen, solo que su trabajo es tocar la trompeta”.
Y hoy sorprende notar que tanto Vitin Paz como su esposa Elia siempre vieron la actividad musical simplemente como un trabajo más, igual a cualquier otro. Tal vez por eso les sorprende todos los reconocimientos recibidos fuera y dentro de Panamá. Acá ha sido distinguido con la Orden Manuel Amador Guerrero en el grado de Comendador; se le dedicó el Festival de Jazz; ha recibido las llaves de la ciudad y recientemente fue homenajeado por la gobernadora de la provincia de Panamá.
No es para menos, Vitin Paz ha sido catalogado como el mejor primer trompeta en la música afrocubana. El emblemático pianista Eddie Palmieri, uno de los artistas más innovadores en la historia de la música latina y pionero de la salsa, se refirió a él así: “Es el mejor primer trompetista; primera silla, que ha tocado en nuestro género… Lo que hizo Víctor Paz, eso está allí para siempre, pero para siempre”.
No solo fue la primera trompeta de la Fania y acompañante de los más representativos artistas del género latino, sino que hizo el “crossover” y tocó junto a íconos de la música en inglés como Frank Sinatra, Nat King Cole, Ray Charles, Stevie Wonder…
Pero cuando le pido que toque algo con su trompeta, no prefiere sus agudas frases de solista; escoge un suave bolero. ‘Noche de luna’, de Gonzalo Curiel. Toca una estrofa; luego lo inesperado: el maestro se dispone a cantar. Con voz ronca y profunda, y la mirada clavada en el horizonte, como recordando otras épocas junto a su trompeta, canta:
Soñar, en noche de luna, oyendo que el mar, canta, canta. Y que, pintada en la noche la luna se ve blanca, blanca. Y así en pleno derroche de luna y de mar, sufro, sufro… ¡Qué me importa el canto del mar si estoy solo con mi penar, tan lejos… lejos de ti!”.
“Salí muy joven a hacer carrera musical en otros países, pero Panamá siempre estuvo en mi mente. Es cierto que uno se adapta a los lugares y a las circunstancias que le depara la vida, pero -en mi caso- siempre tuve claro que al retirarme volvería a Panamá. Este es mi país; aquí crecí en el sector de Calidonia (San Miguel), aunque nací por Santana. Soy feliz acá”.
Más allá de la trompeta
Es uno de los grandes trompetistas de música popular de todos los tiempos; también un artista sensible a toda expresión musical. “Ojalá pudiera cantar” -se lamenta-, pero canta. Tampoco baila, pero el ritmo corre por sus venas. El maestro se sienta al piano.
¿Cuánto tiempo pasa en esta habitación llena de música?
Mientras estoy en casa, aquí es donde paso la mayor parte del tiempo. Es un lugar que me hace sentir relajado, que me transporta. Escucho mucha música y aquí también es donde estudio trompeta. Es mi sitio favorito.
¿Continúa con la disciplina de la práctica y el estudio musical?
Por supuesto. El estudio es imparable; como en el béisbol, nada lo detiene. Todos al nacer traemos al menos un poquito de talento. Pero el talento en sí, es algo limitado: hace falta el estudio para desarrollarlo.
Pude haberme quedado a vivir en Nueva York, por mencionar un lugar, pero mi idea siempre fue retirarme en Panamá, este es mi país, mi hogar. Uno se adapta a las circunstancias.
Se dice que nunca le han gustado las entrevistas. ¿Por qué?
El problema de algunas entrevistas es que a veces se publican mentiras. Y yo no me llevo con las mentiras.
¿Es franco?
No. Soy Paz (sonrisas).
En el género latino, ¿cómo recuerda a Celia Cruz?
Como una gran cantante. Grabé con ella varios álbumes.
¿Es cierto que tocó en ‘Thriller’ de Michael Jackson?
Sí, pero también grabé otras cosas con él, desde que era muchachito, con ‘The Jackson 5’.
¿Qué tan lejos le llevó su música y su trompeta?
Tuve la oportunidad de tocar en Norteamérica, el Caribe, Centro y Sudamérica. Con Dizzy Gillespie fui a giras por Europa y con la Fania estuve en muchos lugares, algunos tan lejos como África.
¿De dónde surgió el apodo de ‘La trompeta de América’?
Fue luego de dos volúmenes que grabé, que se titulaban así, en los que yo era solista. Pero no creo todo lo que se dice de mí. Solo puedo reclamar con propiedad ser la trompeta de mi casa.Después de viajar tanto, ¿se siente profeta en su tierra?
El calificativo de profeta no me gusta mucho. Yo soy músico.
¿Por qué sigue ligado a la educación en Panamá?
Es un deber humano ayudar al prójimo, especialmente a la niñez y la juventud. Si puedo lo hago.
¿Admira a músicos panameños?
Admiro a muchos. Hay gente muy talentosa, incluso en la Universidad hay muchachos que pueden darle mucho a la música. Y eventos como el Festival de Jazz son muy positivos para ellos.
¿Cómo desea ser recordado?
Nunca pienso en eso. ¿Por qué habría de hacerlo? La música no ha sido un sacrificio, es un placer.
Hijo de tigre sale rayado
Su padre fue el director de la Banda del Cuerpo de Bomberos de Panamá, y el mejor maestro que tuvo. De él heredó la disciplina del estudio y el amor por la trompeta. Un instrumento que definiría a ‘Vitín’ como músico, como hombre.
“Solo toco mi instrumento. Pero ya que me lo piden tocaré algo con esta trompeta, que tiene un significado especial para mí porque perteneció a mi padre. Se la regalaron en 1937, después yo la heredé. Tiene 75 años pero está bien conservada”.
Nacía en un hogar a ritmo de música. Su padre era director musical; a su madre le gustaba cantar; con el tiempo le ayudaría a estudiar solfeo. La música definiría la vida del pequeño ‘Vitn’ Paz.
En casa, creció oyendo a su papá tocar la trompeta. A los 8 años le dio su primera clase.
Su rápido avance le permitió tocar en una agrupación familiar -Orquesta Hermanos Paz-, y en la orquesta del Instituto Nacional. Finalmente, a los 13 años, llegó el gran día para Vitín: su padre lo llevó a la banda y le dieron su primer uniforme.
Siendo adolescente, la música también le llevaría al amor de su vida. Tocando para una fiesta de Año Nuevo, en Chepo, conoció a una joven llamada Elia. Cuando ella tenía 16 años y él 17, decidieron casarse. Y a los 19 años de edad le llegó una oferta para ir a tocar a Venezuela, luego a Perú, y finalmente a Nueva York, donde se consagraría como músico.
De regreso al país, retirado de los escenarios, pero ligado a la docencia (es profesor en la Universidad de Panamá), recientemente tuvo una emergencia cardíaca. Al superarla, el médico le sugirió tocar con moderación; ojalá abandonara la trompeta. Vitín respondió: “Eso no es posible. Yo terminaré mis días haciendo lo que más me gusta hacer”.
Pros y contras de ser un músico profesional
Pro
1. El buen nivel en la ejecución y la responsabilidad crean fama; la voz se corre y nunca faltan ofertas de trabajo.
2. El músico cotizado, por lo general, viaja mucho. No solo puede conocer otros países; también a grandes artistas.
3. Está comprobado que tocar algún instrumento favorece el cerebro. Y al envejecer, compensa algunas carencias en las capacidades cognitivas.
Contras
1. El músico profesional es como el atleta élite: debe mantenerse constantemente practicando. Esto exige muchas horas de estudio.
2. Los eventos artísticos los fines de semanas, días festivos y lejos de casa son un sacrificio para la familia.3. Por lo general, hay que hacer carrera en el extranjero. Los músicos en nuestro país todavía no son bien pagos.
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